La foto como arte...

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En Noviembre se llevará a cabo una nueva edición de BsAsPhoto. Podemos anticiparnos a esta megamuestra hablando un poco sobre fotografía, que es también una buena manera de acercarse al arte contemporáneo. ¿Por qué? Pues es bastante gentil para apreciar y, si pensamos en términos de mercado, tiene precios accesibles. Sin embargo, tuvo que recorrer un largo camino antes de ser reconocida como arte...
La fotografía aparece a mediados del siglo XIX y en sus albores nació como medio para informar, ya que el ojo del fotógrafo ve lo que nosotros nos estamos perdiendo.
El MNBA conserva una toma de la fotógrafa Sara Facio, de 1974, ambientada en los días de los funerales de Juan Domingo Perón. Mientras cubría para un medio periodístico extranjero la noticia de la muerte del Presidente, Facio decide realizar una serie pequeña (son sólo 14 fotos), para ella misma. Aunque titulada "Los funerales del Presidente Perón", nunca aparece el féretro del Presidente, sino sólo los rostros apesadumbrados de las personas congregadas por el acontecimiento.
Los muchachos peronistas, de Sara Facio (serie Funerales del Presidente Perón, 1974)
Técnica: Fotografía B&N / Medidas: 14 x 20 cm - MNBA
La foto es muy pequeña, sin embargo, como dijo el curador Rodrigo Alonso, transmite la fuerza conceptual y emotiva de la toma, convirtiéndose en un documento sobre un acontecimiento social. Conforman la fotografía algunos integrantes de la juventud peronista y la bandera argentina enlutada.
Ahora bien, ¿en qué momento la foto deja de ser una copia mecánica de la realidad y adquiere alma? ¿Cuál fue el cambio vanguardista que decidió ver "algo más" que información periodística? Lo cierto es que la foto se convierte en arte cuando es aceptada por el museo...
El Metropolitan Museum de New York presenta por estos días una muestra de Julia Margaret Cameron (1815–1879), una retratista inglesa de gran sensibilidad, de la que se pueden ver treinta y cinco trabajos. Ya por 1870, ella califica a la fotografía como arte pues, igual que la pintura, persigue la belleza.
Pomona, de Julia Margaret Cameron (1872)
Su manera de fotografiar resulta tan actual que se la compara con la artista americana Cindy Sherman, quien, hace un tiempo, realizó una muestra en el MoMA con fotos de mujeres de la sociedad norteamericana contemporánea. Quizás el paralelo resulte exagerado, pero Julia tuvo que abrirse camino en un mundo de hombres y para ello realizó fotos en donde la sensualidad, marcada por el pelo suelto, era una constante. Católica practicante y madre de seis hijos, fotografía a individuos muy jóvenes y de belleza innata. El resultado era un sujeto tan vívido que parece que estuviera respirando.
Christabel, de Julia Margaret Cameron (1866)
A principios  del siglo XX, Alvin Coburn dijo que la foto era la más moderna de las artes, porque era rápida e impersonal. A partir del avance en la técnica aparecen tomas diferentes, como un juego entre lo que se ve y lo que realmente es. Como el caso de Edward Weston: creemos ver un desnudo humano de espalda pero en verdad se trata de... un ají.
Pepper, de Edward Weston (1930) 
Actualmente hay museos dedicados exclusivamente a exhibiciones de fotos como Jeu de Paume, en la Plaza de la Concordia en París, y el Museo Metropolitano de Fotografía, en Tokio, Japón.

Para seguir leyendo... On Photography, de Susan Sontag (1977), Editorial Farrar, Straus and Giroux, USA.

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